viernes, 6 de febrero de 2015

Concierto de 7 almas.

El grupo madrileño 7 Almas eligió la noche del sábado 24 de enero para presentarse oficialmente con su primer trabajo ‘Nueva Tierra’ en la sala Paddock del Paseo de la Castellana, y nosotros no podíamos perdernos las primeras evoluciones en vivo de un conjunto cuyos miembros gozan de un considerable bagaje en la escena.
Al llegar a la sala, había bastante público para ser una banda novel, siendo además de lo más variopinto. Personas de todas las edades y estilos esperaban que empezase el show.
A las 21:00, el teclado de Carlos Mora comenzó a arropar la salida del grupo a través de una cortina de humo y un gran espectáculo de luces que dejó al público boquiabierto.  En el escenario, aparecieron el resto de componentes de 7 almas: Israel Hernansáiz a las voces y segundas guitarras, Óscar J. López a la guitarra solitas, Óscar Salas “Cherokee” al bajo y, ocupando el puesto de batería en lugar del tristemente fallecido David Saura, el también miembro de KHY, Óscar Pérez.
Aprovechando esta gran salida en escena, el grupo dio rienda suelta a los vatios y nos golpeó con su primer tema “Buscando”.  Sin perder un minuto entró “Dispuesto y en pie”, una canción que reflejó la dinámica y el estilo del grupo a lo largo del concierto, voz potente y poderosa que jugaba a la perfección con las grandes riffs de su guitarrista. Hay que destacar el papel del vocalista Israel, quien hizo una actuación espectacular haciendo alarde de sus registros vocales, recordándonos en ocasiones al mismísimo José Andrëa. Además, este no se arrugó en ningún momento y fue un perfecto frontman animando y calentando al público durante todo el show.
Con la gente en el bolsillo y sin gota de nerviosismo, 7 almas dio un recital de buen hard rock con tintes de heavy metal clásico, siguiendo la estela de grupos como Rainbow, Europe o Whitesnake. Muy emotivo fue el momento en el que tocaron su tercer tema “La diosa del templo”, en donde hicieron un homenaje a su antiguo batería David Saura, que falleció recientemente a causa de una horrible enfermedad.  Tras este momento, la guitara de J. López nos transportó al sonido de los 80 con el tema “Te siento lejos”, con el cual se lució. La banda continuó con “Allí estaré” y “Libre” hasta llegar a dos versiones, la de Europe (“Let the Good Times Rock”) y una acústica de Whitesnake (“Give me All Your Love”).
Entre medias de las versiones, Israel se enfundó una  guitarra acústica, para tocar “Más Allá”, una buena balada que calmó a la sala, para más tarde ponerla a bailar con “Hasta el amanecer”, donde ya todos se comenzaron a pasárselo bien viendo saltar y sonreír a “Cherokee” (Óscar Salas) con su bajo y su estilo acrobático. Aquello ya era más una fiesta, una buena banda en el escenario en pleno dando todo lo mejor de sí y dejando la concentración y la excelencia atada mientras afloraban los sentimientos del buen hard rock con gracia y salero. Quedaban ya pocos temas, el de denuncia social “Vampiros de traje” y, para ya terminar, “Esperándote”,  muy influenciado por el hard rock de principios de los 80.
Cuando todos creíamos que el concierto había terminado, 7 Almas nos sorprendió con una magnífica versión del mítico tema de Rainbow, “I Surrender”, en el que Israel estuvo de diez. Para hacer que nos fuéramos a casa todos contentos, cerraron la noche con “Donde está tu amor”, un tema que se me antojó un poco cursi, pero de aquellos que no fallan si quieres conquistar a una chica.
En definitiva, 7 Almas dieron un gran concierto, demostrando sus buenas cualidades para esto de la música y recordando que sin la actitud no vas a ningún lado.


Álvaro. No hay tregua.

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